Que un trabajador pueda organizar su trabajo en función de su vida personal y no al revés, que pueda compensar horas extra con días libres, que pueda realizar tareas desde su casa o que se sienta mimado por la empresa con programas de formación, medidas de conciliación o de bienestar personal, da un resultado positivo. Trabajador contento es igual a mayor productividad.
La ecuación es sencilla, pero no se aplica, unas veces por desconocimiento y otras por cultura. También por la falsa creencia de que la inversión es alta y no compensa. Todo lo contrario, como vamos a ver en este artículo.
Como presidente, consejero delegado o director, si quiere que su pyme esté entre las mejores para trabajar, analice las diferentes medidas de conciliación y aplique las que mejor se adapten a su actividad. Un buen método para conocer cuáles son las opciones más adecuadas es a través de una encuesta anónima entre su plantilla. Con ello obtendrá un doble beneficio. De un lado, sabrá sus necesidades y carencias; de otro, conseguirá que se sientan valorados. Eso gusta al personal. Así que como primera medida, en este caso para retener talento, si no tiene un canal de comunicación interna, ábralo para escuchar sugerencias, ofrecer movilidad interna o comunicar cualquier oferta o servicio de interés para el empleado, incluso más allá de la propia actividad laboral.
A buen seguro que a través de este buzón descubrirá que esa propuesta que el Gobierno acaba de sugerir sobre fines de semana de tres días es plausible gracias al flexiworking. Y es que, la flexibilidad horaria va más allá de la entrada y salida del trabajo, muy valorada, por otra parte, por padres y madres. Hablamos de la posibilidad de alargar la jornada laboral y trabajar cuatro días. Piense en momentos de picos de demanda o de entregas, donde, a buen seguro, hay que estirar la jornada. Compense a los trabajadores con un día más de libranza o facilite que salgan antes de la oficina.
En paralelo, favorezca métodos para recargar pilas. Aquí entra algo que se está poniendo de moda, el bienestar personal. Hablamos de relax mental, con espacios de descanso, de relax físico, con gimnasio o fisioterapeuta. Si sus instalaciones no permiten acoger estos servicios, ofrézcalos a través de la retribución flexible. Siga el modelo de los tan aplaudidos ticket restaurante, cheque guardería, seguro médico o tarjeta de transporte con un bono saludable. Es algo que en EEUU ya es habitual, junto a otra tendencia que está por venir, el llamado cheque casa, es decir, facilitar atención domiciliaria al personal para el cuidado de mayores, hijos o del jardín, si se tiene.
Siguiendo la idea de los descansos y, aunque parezca contradictorio, el tiempo para comer debe reducirse. En España, esas tediosas comidas de dos horas en un restaurante son lo peor para la productividad. De vuelta a la oficina, lo que el cuerpo pide es una siesta. Sí, hay empresas que han habilitado zonas para echársela, pero… ¿no sería mejor facilitar que se almuerce en menos tiempo a cambio, eso sí, de poder salir antes del trabajo? Porque lo que el trabajador quiere es disfrutar de tiempo libre para sus asuntos personales.
En este sentido, facilite también la vida del empleado con servicios de conciliación, como tintorería, correos o taller de reparación. Son los típicos recados que uno tiene que hacer a lo largo de la semana y que a través de la oficina se resuelven más rápidamente.
Otra de las medidas más valoradas es el teletrabajo. Gracias a la tecnología, trabajar desde casa es una realidad bien sencilla que, en ocasiones, no se facilita por desconfianza. ¿Estará haciendo su trabajo? ¿rendirá igual? Precisamente existen herramientas para medir el tiempo de conexión y el rendimiento. Un dato revelador es que la productividad del que teletrabaja aumenta un 25%, por aquello de tener menos distracciones, señala el Instituto Nacional de Estadística (INE).
La posibilidad de recibir formación es otro elemento clave en la atracción y retención del talento. En un mundo en el que la transformación digital está cambiando de forma vertiginosa la forma de trabajar, hay que ofrecer a la plantilla las herramientas necesarias para adaptar sus habilidades a las nuevas demandas profesionales. Máxime, si no quiere que su empresa se quede fuera del mercado.
Todas estas medidas hacen que los trabajadores estén contentos, y un empleado feliz es sinónimo de motivación, de eficiencia, de productividad. Así que, si quiere evitar la fuga del talento y tener el mejor, póngase al día y cubra sus necesidades con propuestas que vayan más allá de la subida salarial, que ofrezcan un equilibrio entre la vida laboral y personal. La imagen de su empresa también saldrá ganando.