Se acerca un largo invierno económico en Europa. El repunte del crecimiento en el tercer trimestre fue más fuerte de lo esperado (+12,7%). Esto demostró que las economías de la zona euro pueden recuperarse bastante rápido, a medida que se levantan las restricciones. La gran pregunta ahora es si pueden volver a hacerlo. Después de todo, la nueva tanda de duras restricciones anunciadas en las últimas semanas, provocará casi con total certeza que la economía de la zona euro vuelva a caer en el último trimestre de 2020.
Euler Hermes, uno de nuestros accionistas, ha publicado el informe Delayed but not derailed: The Eurozone recovery after ‘lockdown light’, en el que repasa las perspectivas para la economía de la zona euro:
No habrá una repetición del primer semestre de 2020
Hay diferencias importantes en comparación con los primeros cierres de Europa, ya que el impacto económico en el PIB del cuarto trimestre de 2020 debería ser un 30-60% menos severo. La recuperación de la zona euro podría retrasarse, pero no descarrilar. El PIB del cuarto trimestre de 2020 podría contraerse alrededor de un -4% intertrimestral, y la previsión para todo el año 2020 sería de un-7,6%.
PIB real de la economía de la zona euro (miles de millones)
Fuentes: Refinitiv, Euler Hermes, Allianz Research
Sin embargo, se espera una tímida recuperación en 2021 (+4,1% frente al +4,8% previsto a finales de septiembre), ya que siguen vigentes estrictas normas sobre las interacciones sociales. Solo en la segunda mitad de 2021, la previsión de disponibilidad de una vacuna eficaz proporcionará cierto viento de cola, muy necesario para la recuperación económica al reducir la incertidumbre. No obstante, el riesgo de que la economía quede con cicatrices a largo plazo ha aumentado ante el incremento de las insolvencias, el aumento del desempleo y la mayor presión sobre el sector bancario.
Búsqueda de una respuesta política adecuada para motivar la economía de la zona euro
Para que nuestro escenario base se mantenga, los responsables políticos tendrán que mejorar rápidamente su respuesta a la crisis, con el fin de reforzar la confianza del sector privado, evitar una recesión de “triple caída” y mantener la barrera de los daños permanentes a la economía. Para ello, los gobiernos de cada país tendrían que intensificar sus estrategias de localización de contactos y, al mismo tiempo, ampliar la ayuda fiscal de emergencia (sobre todo los planes de reducción de la jornada laboral y los planes de garantía de crédito público).
En cuanto a la política monetaria, el BCE tendrá que recalibrar su respuesta política en la próxima reunión de diciembre, impulsando sus programas de evaluación de la calidad en 500.000 millones de euros para 2021, con el fin de mantener la cobertura de los costes de refinanciación para los gobiernos y el sector privado y garantizar una provisión de liquidez suficiente.
¿Qué significa esto para las empresas de las economías de la zona euro?
Una respuesta política rápida y adecuada debería evitar una crisis de flujo de caja corporativa a gran escala. Se estima que la proporción de pymes con un margen EBITDA negativo, es decir, las que corren mayor riesgo de sufrir una crisis de flujo de caja, es de entre el 15% y el 20% en las cuatro economías más grandes de la zona del euro. Además, la proporción de pymes “zombis” – pymes que tienen altos niveles de deuda, baja rentabilidad y bajos coeficientes de capital propio – se sitúa entre el 8% y el 10%. Por ello, los efectos de la doble caída de la confianza podrían resultar más peligrosos, al desanimar a las empresas a cubrir la emisión de flujo de caja con deuda adicional en un entorno en el que no se espera que el crecimiento del volumen de negocios en los sectores más afectados vuelva a los niveles anteriores a la crisis antes de 2023.