Estamos inmersos en la era del contenido, también en términos de entretenimiento. Decenas de plataformas compiten generando series, películas y cortos para hacer las delicias de grandes y pequeños.
Pero cuando consumimos este contenido, rara vez nos paramos a pensar en todo el trabajo que hay detrás, y las mil y una palancas que deben activarse para que todo salga bien y puedas disfrutar de tu serie favorita desde el sofá de tu salón.
Riesgos en la industria de la producción audiovisual
¿Qué hubiese pasado si la productora no hubiera tenido claro que Netflix o Disney+ (por citar dos plataformas) fueran a seguir adelante con la serie tras la emisión del primer capítulo? ¿Se habría arriesgado a crear toda la temporada con los gastos que ello supone? Esta decisión habría requerido un acto de fe, que difícilmente acabaría en la consecución del proyecto.
Sin embargo, la productora cuenta con un as en la manga: un mecanismo en el que puede seguir confiando una vez cerrado el contrato con la distribuidora, que le permite protegerse durante los meses que dura el rodaje y la posproducción. Estamos hablando del seguro de Crédito y, en este caso concreto, de lo que conocemos como productos de medio plazo (que, en Solunion, denominamos pólizas Compromiso porque son soluciones que muestran nuestra implicación con los proyectos de nuestros clientes).
Soluciones de medio plazo para asegurar proyectos audiovisuales
Gracias a dichas soluciones de medio plazo, como la póliza Compromiso de Solunion, y a las coberturas no cancelables que ofrece, la productora consigue protegerse en tres frentes que debe dejar cubiertos para evitar sorpresas inesperadas y hacer que la fábrica de sueños siga haciendo su magia:
- El llamado riesgo de fabricación (en este caso, riesgo durante la producción): hablamos de la cobertura de todos los costes incurridos asociados a la producción y hasta la finalización del rodaje. Ejemplos de este riesgo serían:
- Ruptura injustificada del contrato del rodaje de la serie: la cobertura de fabricación ofrece protección frente a los costes asociados al contrato de rodaje en los que incurra la productora. Esto garantiza que la productora tenga los medios para cubrir costes en caso de que finalmente el contrato no continúe.
- Mitigación de la financiación: en caso de que la serie se cancele, esta cobertura puede mitigar el impacto por la ruptura del flujo de caja esperado por el productor en caso de haber solicitado un préstamo a un banco para el rodaje de la serie.
- El riesgo comercial o riesgo de crédito: si un distribuidor falla en el pago o incumple otros términos contractuales, la cobertura del crédito permite asegurarse del cobro de la factura. Esta cobertura permite también la venta de la factura a un banco en caso de necesitar anticipar el cobro. En el caso de los productos de medio plazo, hablamos de una cobertura muy flexible que permite plazos de pago extremadamente largos, por ejemplo, si la factura se emite al inicio del rodaje y se cobra al finalizar la emisión de la serie por parte del distribuidor.
- El riesgo político: conflictos políticos o sanciones económicas, pueden impactar en la producción o distribución del contenido. Esta cobertura puede cubrir contra estos riesgos, protegiendo la inversión realizada en el proyecto. También cubre la venta directa a un organismo público.
Financiación de los proyectos audiovisuales gracias a la cobertura de Fabricación y de Crédito
Otro de los riesgos que puede enfrentar la productora es el relacionado con la financiación inicial del proyecto. En ocasiones, puede resultar complicado encontrar un banco que esté dispuesto a financiar la producción de una serie, que implica la concesión de créditos abultados y la asunción de un riesgo elevado.
Trabajar con soluciones no cancelables como, por ejemplo, de cobertura de Fabricación y Crédito, hace que este tipo de proyectos resulten más atractivos para las entidades bancarias, que ven reducirse el riesgo que asumen en favor de la aseguradora.
La industria audiovisual es solo un ejemplo de cómo nuestras soluciones de medio plazo pueden ayudar a materializar proyectos que tienen un periodo de duración medio – largo, pero también son tremendamente útiles para otras industrias, como es el caso de las relacionadas con la fabricación de maquinaria o bienes de equipo.