Contar con un marco legal restrictivo, no siempre significa que en la práctica este se cumpla. Es el caso de Italia, donde el reglamento de la morosidad vigente es más restrictivo que las normas de la Unión Europea, pero el comportamiento de pago de las empresas es pobre, y el periodo medio de pago (DSO – Days Sales Outstanding), excesivo.
De media, los pagos en Italia tienden a realizarse en 100 días de media en el sector privado; mientras que en el público oscilan entre los seis meses y el año. Como resultado de la crisis y la debilidad del apoyo bancario, las empresas suelen utilizar las demoras para sustituir al crédito. Además, la reforma de la ley concursal ha permitido a los deudores ganar tiempo y condiciones de pago más favorables.
Los intereses de demora, un recurso habitual en las negociaciones
En Italia los acreedores tienen derecho a pedir intereses de demora sin tener una carta de reclamación, al tipo previsto en los contratos. Si este no se incluye, se aplica el del Banco Central Europeo. Estos tipos suelen usarse como herramienta de negociación.
Los acreedores tienen derecho a recibir una compensación de 40 euros por los costes del recobro, aunque no lo soliciten.
Procedimientos de insolvencia y judiciales: la liquidación deja pocas oportunidades a los acreedores
Aunque hay mecanismos de renegociación de la deuda para los insolventes, la liquidación continúa siendo el camino seguido por defecto, lo que supone una gran dificultad para los acreedores que quieren cobrar sus deudas.
Los tribunales italianos normalmente realizan sentencias declarativas (que reconocen la existencia de un derecho, por ejemplo), constitutivas (que alteran la relación entre las partes), cumplimientos específicos y compensación de daños. Los daños punitivos no están contemplados. Por norma general, los litigios formales sobre el cobro de deudas sin insatisfactorios, por lo que las acciones pre legales, deben tener prioridad.