Holanda es de los países más felices del mundo. No lo decimos nosotros, lo dice la ONU en su último Informe sobre la Felicidad en el que el país aparece sexto en una lista de 155. Quizás esto no sea determinante a la hora de exportar a este mercado, pero a continuación le damos algunas razones más por las que resulta un destino atractivo: Holanda se sitúa en el puesto 32 de 190 del informe Doing Business elaborado por el Banco Mundial, tiene un PIB per cápita que supera los 40.000 euros y unas importaciones que en 2017 representaron el 69,34% de su PIB (un +11,41% respecto a 2016). Parece que la cosa se pone interesante, ¿verdad?
Pues bien, si finalmente decide invertir sus esfuerzos y vender sus productos o sus servicios en Holanda, sepa que el periodo medio de cobro de las empresas es de 50 días, muy por debajo de la media mundial de 66 días registrada en 2017. Los sectores que mejores tiempos de cobro registran son el retail (tan solo 9 días), el de transportes (35) y el de bienes personales y recreativos (35), y los productos que más importa el país son petróleo y refinados, equipos informáticos, fármacos y equipos de telecomunicaciones.
Como hemos comentado, los tiempos de cobro son muy positivos y los retrasos en los pagos, poco frecuentes. Además, estos pueden explicarse por el hecho de que las empresas utilizan las demoras como fuente de financiación por la falta de apoyo bancario.
Por norma general, las transacciones entre empresas no pueden realizarse en un tiempo superior a los 60 días, salvo que conste de manera expresa en el acuerdo entre las partes. Además, los intereses de demora se calculan sobre la base del tipo de referencia del Banco Central Europeo, incrementado en, al menos, 8 puntos.
Una vez más, le aconsejamos que utilice la vía amistosa como primera opción, a pesar de la eficacia de los tribunales nacionales, ya que estos tienden a solicitar pruebas del intento de las partes para cerrar un acuerdo pre legal.
Para deudas indiscutibles inferiores a 25.000 euros, existe una alternativa rápida frente a los procedimientos judiciales ordinarios. También cabe la posibilidad de activar una orden de pago europea si el deudor tiene activos en otros Estados miembros.
Si la vía de la negociación fracasa, debe plantearse iniciar un procedimiento legal ordinario que deja al deudor un plazo de seis semanas para presentar su defensa, a partir del momento de la citación. Los fallos dictados en primera instancia permiten apelación en el plazo de tres meses.
Los impagos en Holanda son poco probables, pero no imposibles. No se confíe y trabaje siempre protegido por un buen seguro de crédito que le permita, además, orientar sus ventas para garantizar un crecimiento rentable en su empresa.