Que la banca tradicional esté cerrando acuerdos con plataformas fintech o creando las suyas propias para no perder terreno en el negocio de la financiación online, deja claro que esta alternativa de inyección de liquidez para pymes viene para quedarse. Y no sólo para solicitar un crédito, sino también para realizar otras operaciones ordinarias, como el anticipo de facturas o los descuentos de pagarés.
La crisis económica cortó el flujo crediticio y dejó sin oxígeno financiero a muchas pequeñas y medianas empresas, a autónomos y a emprendedores, pero sirvió para extender el modelo de negocio low cost a sectores, otrora inimaginables, como es el bancario. De este modo, y al calor de la digitalización, en los últimos años han surgido numerosas plataformas que han fusionado los conceptos finanzas y tecnología, para crear un sistema de financiación rápido, sin apenas burocracia y transparente. Es el modelo conocido como P2P o crowdlending, donde particulares invierten en proyectos empresariales a cambio de una rentabilidad (los intereses del préstamo).
El mecanismo es sencillo. A través de internet, la empresa se da de alta en la plataforma y solicita la cantidad necesaria. Normalmente son importes para cubrir circulante (abono de nóminas, pago de proveedores, impuestos…) o invertir en compra de maquinaria o en el alquiler de una nave. No son plataformas para la inversión que requiere una empresa de nueva creación. De hecho, para optar al crowdlending es necesario tener una antigüedad mínima de dos años y una facturación de, al menos, 50.000 euros/año.
Además de la cuantía a solicitar, se debe aportar documentación empresarial (pago de impuestos, balance…), que servirá para comprobar la solvencia crediticia del negocio. Porque estas plataformas también hacen sus deberes y escrutan sus cuentas, también a partir de información externa. No tanto para comprobar si usted o su empresa ha tenido problemas de impagos y está fichado en alguna lista de morosos, porque esto, a priori, no le cierra la puerta, sino para ponerle una nota crediticia que determine el interés que deberá abonar por el préstamo. De este modo, en función del perfil de riesgo, el importe a solicitar y el plazo de devolución podemos hablar de tipos de interés por debajo de la oferta de la banca tradicional o superiores al 20%. Es decir, a mayor riesgo de impago, más alto será el coste de la operación.
No suelen pedir avales, pero es un punto a favor y mejora las condiciones si uno cuenta con la cobertura de una Sociedad de Garantía Recíproca (SGR) que asegure el importe en caso de no poder afrontar el préstamo.
A los gastos de la operación, hay que añadir las comisiones que cada plataforma considere, como estudio de la operación, asesoría… Consulte varias, porque algunas se aprovechan de las dificultades de empresarios para obtener recursos e imponen tasas leoninas.
En cuestión de 48 horas se obtiene respuesta. Si hay luz verde, se lanza la campaña de captación de dinero, que no suele durar más de un mes, todo depende, también, del atractivo de su campaña. Usted irá devolviendo el préstamo y los intereses a abonar a los prestamistas mensualmente.
Dado que hablamos de medios de pago novedosos, hay que extremar la precaución. Antes de hacer la criba por coste de la financiación, compruebe si la plataforma está supervisada por las autoridades regulatorias. Una vez verificada su legalidad, teclee su nombre en esa enorme de base de datos pública que es Google y busque si hay opiniones negativas sobre la misma.
Ciertamente, para momentos puntuales de falta de liquidez o para abordar nuevos lanzamientos es una vía muy interesante en tiempo y burocracia. Ahora bien, este modelo se debe considerar como un complemento a la vía tradicional. Igual que un negocio tiene diversificada su oferta o tiene varios proveedores, también hay que tener varias vías de financiación. No hay que dejarse llevar por esa inmediatez y menores exigencias. Sea previsor y solicite el préstamo con antelación, para estudiar cuál es la mejor oferta que se adapta a sus necesidades y leer con calma la letra pequeña.