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Formas ágiles de trabajo: adaptación al cambio y generación de valor

Seguro que has escuchado hablar de agilidad, o de la gestión ágil de proyectos y, si te has informado un poco, puedes haber llegado a la conclusión de que puede llegar a ser una forma interesante e incluso enriquecedora de hacer las cosas, pero ¿conoces realmente las implicaciones de pasar a hacer las cosas de forma ágil?

Primero, y para poner todo esto en contexto, un poco de historia. Puede parecer que esta forma de trabajar es relativamente reciente, que es ahora cuando se ha puesto de moda, pero esto no es realmente así. ¿Qué pensarías si te digo que todo este movimiento “ágil” comienza a gestarse en los años 50?

Pues sí, en concreto en un proyecto de la NACA (posteriormente la NASA), para la construcción de un nuevo avión cohete X-15, en el que se hizo uso del ciclo de vida iterativo e incremental (lo que sería el “abuelo” del ciclo de vida ágil).

Décadas más tarde, y después de una gran evolución fruto de la prueba y error en la aplicación de estas nuevas formas de gestión y desarrollo de proyectos, una serie de expertos se deciden a firmar el conocido manifiesto ágil, en el que se definen los principios de la gestión ágil.

Si echas un ojo al manifiesto, puedes ver que está bastante orientado a proyectos cuyo objetivo es obtener productos software, pero los principios se pueden extrapolar a todo tipo de proyectos.

A continuación, los explico brevemente:

  • Individuos e interacciones sobre procesos y herramientas.

Las personas y sus interacciones se anteponen a los procesos, sobre todo en el contexto de la obtención de productos intelectuales (se crean aplicaciones web o productos financieros para los clientes, no productos físicos como coches o puentes).

  • Software funcionando sobre documentación extensiva.

En muchas ocasiones se produce demasiada documentación, que al final nadie consulta y rápidamente queda obsoleta. Documentar lo que se ha hecho es muy importante, pero por encima de esto está el producto que se entrega al cliente, aportar valor en todo momento.

  • Colaboración con el cliente sobre negociación contractual.

Todas las partes implicadas trabajamos en conjunto (negocio, los desarrolladores del producto y los clientes) y tenemos objetivos comunes para conseguir los mejores productos y entregar el mayor valor posible.

  • Respuesta ante el cambio.

Respondemos ante cambios, adaptándonos y modificando el plan definido para evitar perder trabajo.

Esta es la teoría, ahora vamos a la práctica. Para seguir la filosofía de desarrollo/gestión ágil de proyectos, debemos fijarnos en estas tres patas:

  • Ciclo de vida. En el desarrollo de software y en la gestión de proyectos ha tenido una gran influencia el modelo industrial (taylorismo), con largas cadenas de producción y tiempos de ejecución bien medidos, y cada parte ejecutando su función. Esta forma de trabajar es adecuada para productos físicos como coches o electrónica de consumo, pero cuando el producto es intelectual la cosa cambia. Y esto ocurre por la alta propensión al cambio de las ideas y a cómo cada uno las imagina (¿te suena la frase: “el cliente no sabe lo que quiere hasta que lo ve”?). Por esto se pasa del ciclo de vida en cascada, al iterativo e incremental: pequeñas entregas continuas de valor, adaptándose al cambio continuo y evitando el desperdicio.
  • Aplicación práctica de la técnica.

Este punto se centra en hacer uso de las buenas prácticas a la hora de implementar el producto. Tiene mucho más peso en proyectos software, por lo que enumero algunos conceptos por si quisieras profundizar:

  • TDD.
  • Integración continua.
  • Control de la deuda técnica.
  • Las personas o equipo. Estas son algunas de las características que debería tener un equipo dentro de un marco de gestión ágil:
    • Regla de las dos pizzas: Si con dos pizzas no puedes dar de comer a tu equipo, es que hay mucha gente.
    • Auto organizado / gestionado.
    • Multifuncional, con habilidades en T.
    • Autosuficiente, sin dependencias de terceros.

Si no conocías este tipo de gestión de proyectos, espero que este artículo te haya sido útil.

El área de Operaciones de Solunion, hemos implantado recientemente este tipo de prácticas ágiles para poder dar el mejor servicio a nuestros clientes que, en este caso, son tanto internos, otras áreas de negocio, como externos, nuestros asegurados, acompañándolos durante todos los procesos, aportando valor en todo momento y adaptándonos al cambio continuo.

Este artículo ha sido redactado por nuestro Data Analyst, Luis Narro, y fue publicado originalmente en la web de Equipos y Talento

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