La eurozona disfruta de un buen nivel de crecimiento (+2,5% en 2017, +2,2% en 2018) que se mantendrá a lo largo de los próximos meses, e incluso en 2019 (+2%).
El optimismo generalizado de los países miembros se ha visto reflejado en la facturación de las compañías, que tras crecer en 2017, ha seguido aumentando en el inicio de 2018. Un incremento en el volumen de ventas y las buenas condiciones en los precios de los productos (inflación del 1,5% en 2017), han ayudado a mantener estos niveles de facturación.
Sin embargo, existen algunas preocupaciones en lo que respecta a sus vecinos del este y el oeste. Europa mira con recelo a Estados Unidos y China por su juego proteccionista que podría acabar pasándole factura por la paralización de algunos acuerdos comerciales.
Alemania: daños colaterales de una “guerra comercial”
El crecimiento de Alemania seguirá siendo positivo en 2018 (+2,5%), aunque hay algunos aspectos que hay que vigilar de cerca:
-El índice Ifo de confianza empresarial del sector industrial y comercial de Alemania volvió a caer en marzo, aunque todavía se sitúa en un nivel muy alto, con un registro de 114,7 puntos.
-Las expectativas comerciales de las empresas se han debilitado por cuarto mes consecutivo y las condiciones de financiación para las compañías podrían deteriorarse por el endurecimiento de las políticas monetarias de los bancos centrales.
-Las preocupaciones sobre las crecientes medidas proteccionistas estadounidenses y una posible “guerra comercial”, cobran importancia.
Francia: idilio europeo
Francia crecerá un +2,1% en 2018. Las ventas en el exterior alcanzarán los 21.000 millones de euros y en la eurozona encontrará a su mejor aliado en esta empresa. Los principales retos de la economía gala estarán relacionados con:
-La dificultad para la contratación de personal, que en pleno boom económico, ralentiza los procesos dentro del sector empresarial. Por ejemplo, en el sector de la construcción, el 63% de los empresarios tiene problemas para contratar.
-Los hogares, que han perdido confianza tras el deterioro de sus economías. La tasa de ahorro de las familias fue alta en 2017 (14,2%, después de 14% en 2016), aunque la situación financiera, los elevados precios y los impuestos han creado cierta desestabilización.
Italia: avanti
En Italia, las previsiones apuntan a un crecimiento del +1,4% en 2018 (+1,2% en 2019), la mejor tasa de crecimiento desde 2010. En este caso, el principal desafío para la economía es la incertidumbre política constante, como la provocada por las elecciones generales del pasado marzo, y la dificultad para lograr un acuerdo de coalición entre los partidos políticos. Por su parte, los inversores continúan esperando ciertas reformas en pro del sector empresarial, como las puestas en marcha en legislaturas anteriores por los primeros ministros Monti, Letta, Renzi y Gentiloni.