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Seguros sobre obligaciones: los acuerdos como base para el futuro

“¿Qué es lo que mueve el mundo?” Muchas veces, por curiosidad, suelo hacer esta pregunta. Me he encontrado con muchas respuestas, desde las más comunes: “el dinero”, “el petróleo”, “el oro”; hasta la más romántica: “el amor”. Hace un tiempo, un compañero me ha llegado a responder “el
bitcoin”.

Creo que no hay una única respuesta, pero en mi caso suelo pensar en los acuerdos como una herramienta fundamental para que el mundo en el que hoy vivimos pueda desarrollarse con cierta previsibilidad y armonía.

Acuerdos, contratos, pactos, convenios, compromisos… Son diferentes formas de llamar al concepto de poder coordinarnos en la ejecución de tareas con otros y con un objetivo común. También solemos referirnos a los acuerdos como una transacción entre partes donde hay un intercambio de bienes o servicios por una compensación adecuada (monetaria o en especie).

La forma más habitual de acuerdos que tenemos son los contratos. Los contratos son la expresión
(escrita o verbal) de la voluntad de las partes (dos o más) en donde cada una de ellas asume derechos y obligaciones, con el objeto de cumplir un fin común.

Desarrollamos nuestra vida rodeados de miles de formas de acuerdos: los contratos de alquiler, los seguros (contratos de adhesión), las suscripciones a plataformas digitales. Tenemos un acuerdo laboral con la empresa en la que trabajamos, el contrato matrimonial, la Constitución y las leyes de cada uno de nuestros países implican también tipos de acuerdo. Lo esencial es que todos ellos generan para las partes derechos y obligaciones.

A través de los acuerdos y nuestra capacidad como especie de coordinar nuestras acciones, hemos logrado construir el mundo en el que hoy vivimos. Es imposible un desarrollo como sociedad si no existiera el concepto de acordar con el otro, con los otros. Cada uno de nosotros tiene preocupaciones sobre el mundo en el que vive y es a través de acuerdos que consigue proyectar cómo quiere que se desarrolle su futuro.

Y dentro de esta explicación está lo maravilloso de los acuerdos, que crean futuro. Hace unos años MAPFRE y Allianz Trade (antes Euler Hermes), dos de los grupos aseguradores más importantes del mundo, decidieron impulsar juntos el seguro de Crédito y el seguro de Caución/Fianzas a través de una joint venture (otro tipo de acuerdo). Y hoy estamos aquí bajo el nombre de Solunion, coordinados como equipo, trabajando entre redes de acuerdos y normas a los que cada miembro ha decidido comprometerse. Como una cadena de compromisos, conformamos un grupo de personas que, bajo un nuevo color, nos disponemos al desafío. Estamos viviendo el futuro que se crea en los acuerdos.

El compromiso como base de la creación de futuro

Cita de Juan Ignacio Fabiano, Responsable de Fianzas de Solunion en Panamá sobre la importancia del cumplimiento de los acuerdos para crear futuro


El compromiso es el primer paso para crear futuro, pero con los acuerdos generalmente viene la incertidumbre/riesgo. ¿Cumplirá el otro lo que prometió? ¿Estará listo en el momento que lo necesito? ¿La calidad será la prometida? Si la otra parte no cumple el acuerdo, no podré cumplir otros compromisos que he asumido y me ocasionará más daños. El incumplimiento de acuerdos afecta a nuestro futuro.

Nuestro producto de seguro de Caución/Fianzas nace bajo la premisa de proteger ante esta incertidumbre/riesgo.

Antes de ponerme técnico sobre nuestro producto, quiero abordar otro concepto importante (porque aquí empieza a asomar el factor clave para que exista un acuerdo) y pongo un ejemplo:

¿Cuántas veces nos hemos encontrado con esos anuncios que nos envían por spam? ¿Qué nos han dicho sobre esos anuncios? No les des clic (nótese que en este caso hacer clic es aceptar un acuerdo) porque no son de confianza.

 

La confianza: un ingrediente fundamental para generar acuerdos

La confianza es imprescindible para que se produzca un acuerdo. Es la llave mágica que logra que las partes decidan construir un futuro juntos. Sin confianza es muy difícil que un acuerdo llegue a concretarse.

Cuanto menor sea el nivel de confianza, será mayor la incertidumbre. Y cada vez se hará más importante la búsqueda de instrumentos que aporten respuestas para cubrir ese riesgo.

Como adelanté, el seguro de Caución/Fianzas busca proteger a una de las partes de un acuerdo, sobre los perjuicios que pueda ocasionarle la otra parte ante un incumplimiento. Nuestro producto se encarga de brindar una solución a esa incertidumbre/riesgo que conlleva la firma de un contrato. Es una herramienta de construcción de confianza clave dentro de las industrias, principalmente en el sector de infraestructura (pública o privada).

Y es para mí una de las más nobles del mercado asegurador. Bajo la emisión de una póliza de seguro de Caución o Fianza, la aseguradora está manifestando que confía en que su cliente cumplirá con las obligaciones que ha asumido frente a un tercero.

Este es un primer ámbito de confianza que debe generarse, pero el que más nos ocupa a nosotros profesionalmente es el del análisis de un riesgo.

Seguros sobre obligaciones: Caución o Fianzas

Los responsables de Caución o Fianzas nos enfrentamos al desafío de entender cuáles son las obligaciones y compromisos que nuestro cliente asumirá y hacer un análisis que nos permita concluir que tiene la experiencia, la capacidad técnica y financiera para cumplir con lo pactado (confianza).

Y a esto me refiero cuando hablo de seguros sobre obligaciones. A diferencia de otros productos de la industria, donde el objeto asegurable recae sobre un bien tangible, en nuestro caso lo que nos ocupa son las obligaciones contractuales que asume nuestro cliente. Y cuando nos referimos a obligaciones hacemos énfasis en las condiciones de satisfacción bajo las cuales se entenderá que el contrato ha sido ejecutado correctamente.

Por ello estamos obligados a requerir una copia del contrato a afianzar dentro de nuestros procesos de suscripción. Nuestro análisis recaerá sobre las condiciones de satisfacción (tiempo y forma) que establezca el contrato.

Otro punto importante es por qué consideramos al seguro de Caución o Fianza como un contrato accesorio a ese contrato principal que le dio origen. Este producto tiene su origen en el concepto jurídico de fianza/aval/garante (y de allí su complejidad, en cada país nos enfrentamos a un marco jurídico diferente). Al ser una garantía, siempre debe existir un contrato principal donde se detallen las obligaciones a cumplir por el cliente. Sin este documento principal no podríamos determinar el alcance de nuestra cobertura (accesoria).

Si bien tenemos identificados los tipos de contratos habituales que son susceptibles de otorgar cobertura por Caución o Fianzas (generalmente nos ocupan los contratos de obras, de servicios y suministros), todos los días nos topamos con el desafío de entender nuevas formas de contratos que impulsa la industria, por ejemplo, las APP (Asociaciones Público-Privadas) o los contratos inteligentes donde un software automatiza el proceso contractual y la relación entre las partes.

Al momento de escribir este artículo, me encuentro en Costa Rica abordando el avión de regreso a Panamá. Y si bien tengo que finalizarlo (me están pidiendo que cierre la laptop), no puedo dejar de ver relaciones contractuales por todos lados. Desde el ticket de la aerolínea, el contrato por el suministro de alimentos y bebidas, el seguro de la aeronave, el contrato por el suministro de combustible, el contrato de mantenimiento preventivo de los aviones… Podría seguir si no fuera porque me indican que es momento de abrocharse los cinturones y emprender el viaje.

Los dejo con la invitación a ver todas las relaciones contractuales que nos rodean y a pensar en el enorme potencial que tenemos si logramos desarrollar soluciones de seguros que ofrezcan nuevos instrumentos para asegurar obligaciones.

Este artículo ha sido redactado por Juan Ignacio Fabiano, nuestro Responsable de Fianzas de Solunion América Central y Caribe.
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Solunion

Somos impulso. Somos expertos en seguros de Crédito y de Caución, servicio de Recobro, y otros asociados a la gestión del riesgo comercial.
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