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La demanda acumulada, la escasez de oferta, la política verde y un mal momento son la receta perfecta que explica el aumento de los precios de la energía, que podría tardar de tres a seis meses en enfriarse.
A continuación, compartimos las últimas conclusiones del último informe sobre los precios de la energía de Euler Hermes, uno de nuestros accionistas.
Europa: el mayor damnificado por la subida de la energía
Europa corre un riesgo especial debido a las escasas reservas y su gran dependencia del gas natural. En las últimas semanas, el precio de la energía y en especial el del gas natural, se han disparado, lo que ha llevado a los países a reactivar la generación de electricidad con carbón. Esto ha Esto ha provocado que los precios del carbón se disparen a su vez.
Precio de la energía (enero 2021=100)
Fuentes: Euler Hermes, Refinitiv, Allianz Research
El choque proviene de una combinación de factores de demanda y oferta. Desde el punto de vista de la demanda, la fuerte recuperación mundial está impulsando la demanda de electricidad y combustibles. Además, tras un invierno 2020/2021 bastante severo en el hemisferio norte, los inventarios de gas natural licuado (GNL) quedaron en niveles bajos y ahora los países se apresuran a reabastecerse para prepararse para un clima más frío. Además, China ha decidido aplicar una nueva normativa medioambiental que ha aumentado la demanda y animado a las empresas a abastecerse de GNL.
Por el lado de la oferta, en Estados Unidos se ha retirado cerca del 40% del suministro de gas tras los huracanes. Aunque Rusia ha cumplido sus obligaciones contractuales en sus acuerdos a largo plazo, ha mantenido un control de las exportaciones porque necesita reabastecerse masivamente para el invierno antes de aumentar el suministro a los mercados mundiales (véase el gráfico 2). Y el comercio mundial sigue restringido debido a las limitadas capacidades de transporte marítimo y portuario en todo el mundo.
Inventarios de gas en Rusia
Fuentes: Gazprom, Bloomberg, Euler Hermes, Allianz Research
El problema se agrava cuando se producen varios acontecimientos adversos al mismo tiempo:
- Algunas centrales nucleares están en mantenimiento en el Reino Unido y Alemania.
- En Europa la generación de energía eólica es menor, lo que deja a países como Reino Unido o España sin varios GW de energía.
- En Brasil, los ríos están en niveles extremadamente bajos, lo que supone un desastre para la generación de energía hidroeléctrica.
Generación de energía eólica en Europa
Fuentes: IEA, Euler Hermes, Allianz Research
Europa está perdiendo la guerra de ofertas y tarda en reabastecerse. El aumento de los precios del gas natural es un reto especialmente importante para Europa, ya que la región depende en gran medida de las importaciones. Pero los países asiáticos, que carecen de los suministros de gasoductos de la Unión Europea y están desesperados por reabastecerse, así han ganado la guerra de ofertas en los envíos de GNL. China, en particular, parece dispuesta a abastecerse de gas a toda costa. En consecuencia, mientras que muchos países no pertenecientes a la UE han conseguido recuperar niveles de existencias cercanos al tercer trimestre de 2020, o incluso superiores en el caso de Reino Unido, la Unión sigue estando 25 puntos porcentuales por debajo de la capacidad total de almacenamiento.
¿Hasta cuándo se mantendrá el precio de la energía en estas cifras?
Así, los precios del gas natural alcanzarían su punto máximo en la primavera de 2022 en una horquilla de entre 110 y 130 euros (Gas Natural TTF NL 1st Future Monthly), dependiendo de la intensidad del invierno. En caso de que sea muy frío en el hemisferio norte, podríamos asistir a nuevas subidas temporales en los mercados de productos energéticos y de electricidad. Pero incluso si el invierno es suave, los países podrían inclinarse a reabastecerse como medida de precaución. En general, la demanda debería seguir siendo fuerte hasta la primavera de 2022. En Estados Unidos, la Agencia de Información Energética ya prevé un fuerte aumento de la demanda de propano este invierno, especialmente en el Medio Oeste. Desde el punto de vista de la oferta, incluso si se aprueba rápidamente, Nord Stream 2 tardaría al menos cuatro o cinco meses en alcanzar una capacidad significativa. La eliminación progresiva de las cuotas de la OPEP también ejercerá una presión a la baja sobre las materias primas energéticas, pero no se completará (casi) hasta mayo de 2022. Además, China ha decidido recientemente volver a poner en marcha algunas minas de carbón, pero de nuevo las reservas se repondrán a un ritmo lento.
No obstante, no esperamos una crisis energética prolongada, sobre todo porque el suministro acabará normalizándose y, lo que es más importante, en la mayoría de las zonas la demanda es estacional y disminuirá en primavera. En Europa, por ejemplo, el consumo de gas natural disminuye cada año en abril.
Los hogares se llevarán la mayor parte del golpe de la subida de los precios de la energía, y Francia, Italia y España se defienden con un fuerte apoyo. Aunque los hogares de Alemania y Europa del Este gastan más en energía que los de Francia, Italia o España, la subida de precios supone un problema para los hogares más pobres de toda la UE. Según la Comisión Europea, en promedio en la UE, los hogares del decil de ingresos más bajos gastaron el 8,3% de sus ingresos en energía en 2018, mientras que los hogares del decil de ingresos medios solo gastaron el 6,3%. El aumento del precio de la energía también supone un riesgo inflacionario, ya que el componente energético representa casi el 11% del IPC en Alemania y España y alrededor del 9% en el IPCA de la zona euro.
¿Cómo puede Europa evitar la escalada de precios en el futuro?
Los países europeos cometieron el error de pensar que los gasoductos por sí solos eran suficientes para asegurar el suministro de gas desde Rusia. Sin embargo, los últimos meses han demostrado que los países con una fuerte visión estratégica y poder adquisitivo de compra han sido capaces de quitarle el suministro a Europa. Para evitar futuras crisis energéticas y recurrir repetidamente al gasto de emergencia para apoyar a los hogares, Europa necesita diseñar y aplicar una estrategia energética. Esto podría hacerse utilizando instrumentos de mercado para cubrir la volatilidad de los precios y asegurar el suministro, o mediante alianzas estratégicas con grandes países exportadores como Rusia, Catar, Australia o Estados Unidos.
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